¿Tener la placenta previa es grave? Es la causa del 20% de las hemorragias en el tercer trimestre del embarazo y puede tener graves repercusiones.
No es un problema frecuente, 1/200 embarazos, pero sus complicaciones pueden ser graves. Es la tercera causa de transfusión sanguínea a la madre embarazada y, a veces, incluso obliga a realizar una histerectomía puerperal (quitar el útero tras el parto).
Puede tener graves consecuencias como aumento de la prematuridad, de las cesáreas, de la necesidad de transfusiones sanguíneas, de histerectomías postparto, complicaciones infecciosas y de tromboembolismo.
¿Qué es una placenta previa?
La placenta es el órgano que acompaña al bebé dentro de la bolsa amniótica. Tiene como misión actuar de filtro entre tu sangre y la de tu hijo. Por tanto, es responsable de que se alimente correctamente.
Para realizar su función debe anclarse en un lugar del útero que le permita el desarrollo de su misión, y no dificulte el parto.
En el caso de la placenta de inserción previa, ésta se ha colocación en la parte inferior del útero, tapando su orificio de salida. En estos casos, cuando aparecen las contracciones y el bebé quiere salir, se produce su despegamiento del útero y un sangrado abundante de graves consecuencias.
Obviamente, el parto vaginal no es posible y requiere la realización de una cesárea en la mayoría de los casos.
Según su localización exacta con respecto a orificio de salida del útero, distinguimos:
- Placenta previa oclusiva: La placenta tapa totalmente el orificio de salida del útero y no es posible el parto vaginal.
- Placenta previa no oclusiva: el borde de la placenta está a menos de 2 cm del orificio y se podría intentar un parto vaginal en algunos casos.
¿Cuáles son las causas de la placenta previa?
La causa exacta no se conoce. Sabemos que la placenta previa se ancla en la zona inferior del útero. Pero existen diversos factores de riesgo que favorecen su presentación:
- Retraso en la maduración del huevo, que condiciona que el anclaje sea más inferior.
- Existencia de cicatrices en el útero. Por ejemplo, cesáreas anteriores.
- Legrados anteriores.
- Edad materna mayor de 35 años. Multiplica el riesgo por 5.
- Multiparidad
- Tabaco
- Raza negra y asiática.
¿Qué síntomas provoca la placenta previa?
El principal síntoma es el sangrado durante los últimos meses de la gestación. Es un sangrado color rojo claro, sin dolor y de forma imprevista. Lo habitual es que se repita de forma episódica en los últimos meses de la gestación.
El primer episodio de sangrado suele ocurrir sobre los 6-8 meses de embarazo. Cuanto más precoz, más graves pueden ser las consecuencias.
La parte inferior del útero, donde se ancla la placenta previa, es la que más se distiende conforme avanza la gestación, rompiendo el correcto anclaje al útero y apareciendo el grave sangrado.
Si el embarazo llega al final y comienzas con contracciones, la placenta previa comenzará a sangrar con la dilatación. El cuadro puede ser grave y requerir transfusiones de sangre.
¿Cómo hacemos el diagnóstico de placenta previa?
El método principal es la ecografía, sobre todo realizada por vía vaginal, pues es más exacta para este problema (menos falsos positivos). Nos permite clasificar correctamente a la placenta previa en las dos opciones que hemos planteado anteriormente: placenta previa oclusiva y no oclusiva.
¿Cómo actuamos, si tienes una placenta previa?
En los primeros meses de la gestación la placenta no tiene el sitio definitivo. Muchas de las placentas diagnosticadas en los primeros 5 meses, «mejoran», es decir, suben en su situación en los últimos meses.
Por tanto, te doy unos consejos:
- No tomar en cuenta el diagnóstico de placenta previa antes de cumplir los 5 meses. Lo recomendable es confirmar la posición de la placenta con el transcurso de la gestación, sobre todo si no son oclusivas.
- Confirmar el diagnóstico siempre y por ecografía vaginal.
- En placentas no oclusivas y asintomáticas (sin sangrado) hacemos una valoración, con ecografía vaginal, sobre las 36 semanas, y se decide si podrás tener a tu bebé por parto natural o por cesárea.
- En placentas oclusivas asintomáticas y confirmadas, se programará una cesarea electiva sobre las 38 semanas, dado que el parto natural es imposible.
- En placentas oclusivas síntomáticas, es decir, acudes a urgencias con sangrado abundante, lo primero es hacer un diagnóstico diferencial con el desprendimiento prematuro de placenta. En ambos casos se produce sangrado al final de la gestación. Existen otras causas de sangrado al final de la gestación como lesiones en vagina, sangrado desde el cérvix del útero, pólipos, etc. En estos casos, la exploración vaginal y la ecografía son básicos para el diagnóstico.
¿Qué hacemos si acudes sangrando al hospital con placenta previa?
Es una situación dramática que suelo advertir a mis pacientes ya diagnosticadas de placenta previa.
Si el sangrado es importante se procede al ingreso en el hospital, se te estabiliza, se prepara sangre por si hiciese falta y, si el sangrado cesa y tienes menos de 36-37 sem, indicamos expectación. Si no cesa, nos puede incluso obligar a hacer una cesárea de urgencia.
En los casos de menos de 34 semanas, se administran corticoides para acelerar la maduración pulmonar del bebé.
Si el sangrado es tan abundante que compromete la vida de la madre y del feto, se realiza una cesárea de urgencia independientemente de la edad gestacional del bebé.
Si el sangrado cesa totalmente, pasados unos días de ingreso y si tienes acceso fácil al hospital, podemos pensar en darte el alta. Pero en estos casos, te comento que el sangrado de la placenta previa es recurrente, y generalmente cada vez más grave, hasta que finalizamos la gestación.
No es infrecuente que una madre con placenta previa llegue al parto tras haberle tenido que administrar alguna transfusión durante la gestación. Por tanto, si tienes placenta previa y más de 5 meses, mi consejo es que tu domicilio permita el acceso rápido a un centro hospitalario en caso de sangrado.
¿Qué vía del parto indicamos en las placentas no oclusivas asintomáticas?
Como has visto, en la placentas oclusivas solo tenemos la opción de hacer una cesárea, pues el parto vaginal es imposible. Se trata de alargar el embarazo, si es posible hasta las 37-38 semanas. Todo depende de los episodios de sangrado que hayas tenido.
Pero en las placentas no oclusivas asintomáticas la situación es diferente.
Lo recomendable es consensuar la conducta entre la paciente y el ginecólogo.
Te recuerdo que en estos casos, la placenta no tapa el orificio de salida pero está a menos de 2 cm de su borde. Es posible el parto, pero la tasa de cesáreas intraparto es alta.
El problema es que no sabemos, a priori, si vas a tener un sangrado activo e intenso durante la dilatación. La prudencia es fundamental.
En caso de que finalmente se decida intentar un parto vaginal, tu ginecólogo y tú debéis estar preparados para hacer una cesárea urgente en caso necesario. Tendrás sangre cruzada y reservada en el caso de tener que poner una transfusión.
Si al comenzar la dilatación y romper bolsa el sangrado diminuye o cesa, es posible continuar con el parto. En caso contrario, hacemos una cesárea.
¿Cómo es el alumbramiento en los casos de placenta previa?
Finalizado el parto, vía vaginal o por cesárea, tras la salida del bebé viene el alumbramiento de la placenta.
La placenta previa se ancla en un sitio inadecuado, en la parte inferior del útero y área del orificio de salida hacia el cuello uterino. Esta zona permite que el anclaje de la placenta sea muy profundo en el espesor de la pared uterina.
En el alumbramiento, el despegamiento de la placenta puede ser más traumático, tanto si el parto es por cesárea, como en el caso del parto vaginal.
En estos casos son más frecuentes las complicaciones hemorrágicas, roturas uterinas, etc. y que nos veamos obligados a realizar una histerectomía (extracción del útero).
Aunque las complicaciones sean más frecuentes que en el parto normal, lo habitual es que tengas a tu bebé sano y sin mayores consecuencias. Por tanto, no te olvides disfrutar igualmente del parto de tu hijo, piensa que todo va a salir bien, solo que con mayor vigilancia médica.
Aquí la prudencia es fundamental.
Si el tema te resulta complejo, puedes consultarme.