Saber las causas de inducir el parto es muy útil si estás al final de tu gestación. Te muestro las principales indicaciones.
Hablamos de inducir el parto cuando terminamos la gestación por métodos médicos o mecánicos antes de su comienzo espontáneo. Hoy en día, en nuestro entorno se inducen el 20% de los partos.
Habitualmente, el motivo para inducir el parto es pensar que el feto se encuentra ya mejor fuera del útero que dentro de éste.
Éste es un tema muy importante en la atención sanitaria de toda embarazada, con implicaciones en el feto, en la madre, y sobre todo el sistema sanitario.
En primer lugar, antes de inducir el parto y sacar a un feto del lecho materno, debemos tener muy claras las indicaciones y la obtención de un gran beneficio para la madre y/o para el feto.
La vivencia del parto se ve dañada. El parto inducido es más doloroso y mucho más costoso desde el punto de vista económico-sanitario. El 30% de los partos inducidos terminan finalmente en una cesárea y se eleva el porcentaje de partos instrumentales.
Los fetos inducidos entre las 37-39 semanas tienen una mayor morbilidad neonatal. Es decir, aunque no son prematuros (al tener más de 37 semanas), si tienen más riesgo de complicaciones.
En resumen, hay que tener muy claras las indicaciones antes de terminar médicamente una gestación.
En este artículo te resumo las indicaciones más importantes que empleamos hoy día. Pienso que si estás embarazada, te será muy útil revisar además otros artículos sobre los métodos de inducción del parto.
Causas de inducir el parto:
Cabe distinguir dos grandes grupos:
1. Inducir el parto por motivos «sociales» o inducción electiva del parto:
Cuando las razones no son estrictamente médicas. Podemos incluir aquí el llamado «parto a fecha fija». Es decir, al médico o a ti como madre, os conviene adelantar y fijar la fecha del parto.
En ocasiones es simplemente por miedo a seguir esperando o que al feto «pueda pasarle algo» en los últimos días del embarazo.
En otras ocasiones, se trata de madres que tienen el antecedente de partos muy rápidos o por vivir en zonas alejadas o con mal acceso a un centro hospitalario.
En estos casos, lo conveniente es hacerlo siempre con más de 39 semanas de gestación y con el cuello del útero favorable.
Entre la 37 y 39 semanas o con cuello desfavorable, los riesgos y complicaciones aumentan.
Decimos que el cuello es favorable o maduro cuando está blando, entreabierto y algo acortado. En estos casos, la posibilidad de éxito de la inducción del parto es mayor, y la tasa de cesáreas es similar a la de los partos de inicio espontáneo.
Por tanto, no es aconsejable inducir el parto por motivos no médicos.
2. Inducir el parto por motivos médicos:
Prevención de embarazo cronológicamente prolongado:
Denominamos embarazo a término a los comprendidos entre las 37 y 42 semanas. Los embarazos prolongados, de más de 42 semanas, se asocian a un mayor número de complicaciones.
Por ello, en la mayoría de las maternidades se indica la terminación de la gestación entre las 41 y 42 semanas.
Rotura prematura de membranas:
Cuando ingresas con la bolsa rota, y si no existe ninguna complicación, se pueden esperar unas horas antes de provocar el parto.
Lo primero es comprobar que el líquido de la bolsa sea claro, que no existan signos de infección o fiebre materna, y que el registro cardiotográfico sea normal. En estos casos, con todas las pruebas favorables, podemos esperar hasta 24 horas. En la mayoría de los centros, tras una bolsa rota de más de 18-24 horas, se administran antibióticos de forma profiláctica y provocan el parto.
Cada hospital tiene sus propios protocolos y, por tanto, te doy una idea aproximada.
Retraso de crecimiento fetal:
Si el feto no crece, en la mayoría de los casos es mejor inducir el parto. Por supuesto, debemos individualizar cada caso y, de acuerdo con los padres, elegir la mejor vía del parto. Los casos menos graves, con un peso suficiente y con los estudios de ecografía doppler levemente alterados, pueden inducirse y tener un parto vaginal.
Corioamnionitis:
Consiste en la infección del líquido amniótico en casos de rotura o fisura de la bolsa.
Oligoamnios:
El líquido amniótico disminuye hacia el final de la gestación de una forma fisiológica. En algunas ocasiones, cuando hacemos la ecografía al final de la gestación, observamos que apenas hay líquido amniótico y terminamos el embarazo.
Por muerte fetal.
Fetos macrosomas:
Macrosoma es un feto que ha crecido por encima de lo normal. La inducción del parto en estos casos es controvertida y varía de unos centros a otros. El mayor problema está en la estimación del peso del feto.
Hoy por hoy, las estimaciones son eso, estimaciones. El margen de error en una estimación de peso puede ser incluso superior a los 500 gr.
Por tanto, la mayoría de los centros no inducen los fetos simplemente por «ser muy grandes».
Un caso particular es el de fetos grandes en madres diabéticas. Si es tu caso, lo habitual es que tu ginecólogo valore contigo las posibilidades de tu caso concreto.
Desprendimientos leves de placenta o sangrados sin causa aparente.
Otras patologías fetales.
Por patología materna:
Entran en este grupo los casos de madres con diabetes gestacional mal controlada, hipertensión arterial que no cede a los tratamientos habituales, o cualquier otra patología médica en la madre que aconseje terminar la gestación.
Las causas para terminar la gestación, tanto fetales como maternas, deben estar claras para que los beneficios superen a la mayor morbilidad que supone inducir un parto.
Si el cuello del útero está inmaduro, inicialmente haremos una maduración cervical con medicamentos y posteriormente se induce el parto. Revisa este artículo sobre cómo inducir el parto.
En cualquier caso, si finalmente tu ginecólogo te aconseja inducir el parto, piensa que es lo mejor para ambos y que pronto verás a tu hijo.